Juan Isaac Meza Mendoza
GUIA OFICIAL DE TURISMO ACREDITADO CON CARNÉ Nº 009 DIRCETUR JUNÍN

CUENTOS DEL VALLE DEL MANTARO


Cuentos del valle del Mantaro

Valle del Mantaro
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Dicen que hace ya mucho tiempo, todo el valle del Mantaro era una inmensa laguna. Desde jauja y concepción, hasta el sur llegando a sapallanga y pucara, todos esos lugares estaban bajo el agua. Los pobladores del valle en aquel entonces tenían sus casas en las alturas de los cerros, incluso hasta ahora podemos ver vestigios de sus construcciones. En el centro de la gran laguna se podía observar desde las alturas un enorme peñón oscuro que salía de las aguas cada mañana.

Esta gran peña se llamaba huanca y estaba donde hoy está la plaza huamanmarca, junto a la municipalidad de Huancayo. Paso el tiempo y la laguna se iba llenando y llenando con las aguas de las lluvias (recordemos que en esta parte de la sierra las precipitaciones son altas). una vez, cuando los pobladores estaban en sus labores del campo, porque ellos siempre se dedicaron a la agricultura; se escuchó un enorme estruendo en una de las quebradas y tras el sonido pudieron ver que las aguas de la laguna iban disminuyendo rápidamente. Sucedió que la quebrada de chupuro se había roto y por allí desaguaba la laguna. Pasaron pocas semanas y el valle se fue quedando seco, para acortar distancias entre los pueblos, los pobladores tuvieron que bajar hacia las partes planas; siendo allí en donde lograron hacer nuevas construcciones para poder habitarlas. Pero la laguna no vacío del todo. En jauja se quedó la laguna de paca y en ahuac la laguna de ñahuinpuquio. Una vez las aguas rompieron la quebrada de chupuro y por allí desaguo la laguna. El valle se fue quedando seco y se fundaron pueblos. Pero la laguna no vacío del todo.

En jauja quedo la laguna de paca y chocon; la de ñahuinpuquio en ahuac y la de llulluchas en huayucachi.existen muchas lagunas en el valle del mantaro, posiblemente parte del agua que desaguo de la gran laguna, hayan quedado dispersas por todo el valle. Ahora la laguna de paca es una de las más reconocidas y visitadas por los foraneos.

Leyenda recogida en chupaca, departamento de junin, peru. Informante leopoldo vidal.



La casa giráldez: la "casa matusita" de huancayo
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Así como en lima la casa matusita es conocida como un lugar donde habitan fantasmas y se han tejido leyendas urbanas sobre la antigua propiedad; en huancayo, una vivienda ubicada en la avenida giráldez, también se ha hecho popular, por las apariciones que algunos testigos aseguran haber visto.
Según refieren trabajadores de un salón de juegos ubicado al costado de esta casa que es usada como almacén en la actualidad, en varias ocasiones aseguran haber visto la silueta de una mujer joven atractiva paseando por el balcón del segundo piso. La característica que más distingue a esta aparición siempre coincide y es que lleva el pelo de color rubio, por ello la conocen como "la gringa".

Refieren que los propietarios viven en lima, habiendo alquilado la casa en la actualidad.

Los trabajadores más antiguos del salón de juegos cuentan que la historia de la casa embrujada se remonta hace muchos años del 2000, cuando en dicha vivienda funcionaba un instituto y sucedió un suicidó en uno de los ambientes.
Coincidentemente la persona que tomó la determinación de acabar con su vida era joven, bonita y tenía el pelo rubio, señalan.




Laguna de paca
En el valle del Mantaro, departamento de Junín, provincia de jauja, existe una laguna llamada paca, la cual tiene leyendas como la siguiente:

Jauja fue la primera capital del virreinato español, pero muchos años antes de que se poblara, existía un pueblo, el pueblo de paca antiguo, que se encontraba en lo que actualmente es la laguna, este pueblo era famoso porque los habitantes del mismo eran personas muy egoístas, poco colaboradoras y en determinados momentos lujuriosas, es por eso que el dios sol envió a un emisario a comprobar esas conductas del pueblo, el emisario era un hombre de aspecto humilde y anciano, fue de casa en casa a pedir comida y alojamiento, pero nadie se lo brindaba da, hasta que llegó a la casa de una familia la cual eran la familia el padre, y 2 hijas, la madre había muerto hace poco, esta familia albergó al anciano brindándole lo poco que tenían de buena fé, cuando el anciano se retiraba le dijo al hombre del hogar - el pueblo va a desaparecer por el mal comportamiento del pueblo, tu y tus hijas por favor huyan de este pueblo y cuando escuchen los gritos de las personas no volteen por nada-.
Dicho esto, el padre emprendió la retirada con sus hijas por el cerro aledaño a la ciudad y mientras se iban, los poderes del dios sol hicieron que las aguas del rio Mantaro se desbordaran repentinamente sumiendo al pueblo en una inminente inundación, los gritos eran desgarradores, hombres, mujeres y niños, no tenían escapatoria.

Una de las hijas al oír tanto dolor y sufrimiento volteó e instantáneamente quedo petrificada, el padre la llamo, pero ella nunca contesto, y abrazo a su otra hija y siguió caminando.
Pasado el tiempo, el hombre y la hija encontraron otro pueblo donde se quedaron a vivir, con el tiempo, regresaron solo para ver una hermosa laguna y una pequeña isla en el medio, resto de lo que fuera ese pueblo desaparecido.



Tayta Cáceres y los niños.
Sapallanga es un pueblo al sur de la provincia de Huancayo; sapallanga en quechua, significa “tierra de brujos”. Es un pueblo que aun guarda parte de sus tradiciones e historia. En la guerra del pacifico, precisamente en la campaña de la breña; la segunda compañía del batallón Santiago del ejercito chileno, había tomado posición en la casa de la abuela Amalia guerra.

Según cuentan los antiguos, el ejercito enemigo estuvo acuartelado durante casi dos meses. Cada mañana cuando los pobladores pasaban frente a la casa de la abuela Amalia, podían ver indignados la bandera chilena flameando en el interior, mientras los centinelas oteaban la calle desde las improvisadas torres de vigilancia.

Cuentan también que Andrés avelino Cáceres; el gran mariscal peruano de la campaña de la breña, frecuentaba la zona vestida de mendigo. Quizá para hacer algunas averiguaciones. “déjenlo pasar, jugaremos un rato con él” –decía el teniente gaspar. Sin saber que, al ingresar, el brujo de los andes podía ver la situación en la que se encontraba el enemigo.

De esta forma, el mariscal podía informar a sus tropas que estaban acampando en las alturas de tayacaja. Los niños de sapallanga estaban ansiosos por conocer al tayta Cáceres, por sus aventuras, los niños lo llamaban el brujo Andrés. Pero solo algunos de ellos pudieron verlo vestido de mendigo. Cada vez que algún niño se le acercaba, éste sacaba un poco de cancha y queso de su bolso y se los entregaba guiñándoles el ojo.

Según el relato “los niños de la guerra” de Roger piñas; los niños que llegaron a conocerlo fueron entre otros Matías; nieto de la abuela Amalia, reinaldo y virginia, hija de un comerciante andahuaylino. Eran los encargados de llevar a lomo de mula, las provisiones para la tropa de Cáceres hasta el poblado de huayunka, a tres leguas de sapallanga.

En la primera semana del mes de julio, los ánimos estaban alterados entre los chilenos, actitud que era percibida por los pobladores y en especial por los niños que eran los más entusiastas en desalojarlos. Tras los rumores de llegada inminente del ejército de Cáceres, todos los niños salieron en tropa con sus tambores de guerra y pasaron frente al cuartel enemigo haciendo un sonido que retumbo en toda la calle principal.

Al día siguiente se había desencadenado la feroz batalla de Marcavalle, en donde el ejército de Cáceres hizo retroceder al enemigo hasta pucará, luego hasta sapallanga, luego hasta Huancayo, luego hasta el fin del mundo. Roger piñas describe muy bien la hazaña de los pobladores de sapallanga y en especial la labor de los niños diciendo, además:

“por eso, aquel 08 de julio de 1882; la segunda compañía del batallón Santiago del ejército chileno, no podrá olvidar a los niños de sapallanga”.
Del relato “los niños de la guerra” de roger piñas



Huallallo carhuincho y huaytapallana
Dentro del contexto andino se considera al dios "wiracocha" o "el gran señor sol" como el creador del mundo, quien pobló a la tierra quechua de haris (hombres) y wanblas (mujeres) y distribuyó a los dioses menores por toda su extensión. Estos dioses tutelares fueron llamados apus.

En la tierra de las huancas, el gran wiracocha envío a dos dioses, cada uno con características y rasgos diferentes. Estos dioses fueron el apu huallallo carhuincho o huallullo carhuancho y el apu pariacaca o pariaqaqa. Ambos dioses se enamoraron de distintas wanblas y tuvieron una familia muy extensa.

Pero si todo iba bien, ustedes se preguntarán porque estos dioses fueron rivales, pues según cuentan esto habría sucedido por lo siguiente:

Cuenta la historia que la primogénita de huallallo carhuincho, llamada huaytapallana era muy hermosa, tanto que para ocultarla de los haris este, su padre la escondió al abrigo de las montañas y sembró para ella un jardín lleno de flores.

A su vez el apu pariacaca tuvo un hijo varón a quien llamo “amaru” este joven amante de los viajes y quien, por ser hijo de un apu, podía tomar la forma de cualquier animal y de esta manera trasladarse por los valles de su padre, encontró a una bella wanbla con quien se casó y tuvo una hija.

Un día en el que amaru sobrevolaba unas montañas, observ a lo lejos un jardín de flores como nunca antes había visto y sin saberlo salió de los terrenos de su padre y tomando forma humana nuevamente se adentró en este paraje escondido.

Al pie de la laguna carhuacocha se encontraba una wanbla tan hermosa que amaru, olvidando todo, quedo al instante perdidamente enamorado de ella y, esta doncella cuyo nombre era huaytapallana también se enamoró de él. Ambos tuvieron cinco hijos.

El apu huallallo carhuincho quiso saber quién era este joven hari que había tomado el corazón de su hija de esta manera y preguntando a los vientos se enteró que ese joven hari no era otro que amaru, el hijo de su rival pariacaca, y que además de ello él estaba casado y tenía una hija.
Herido en lo más profundo por el adulterio cometido, el apu huallallo carhuincho suplicó a los vientos que traigan, a los odios de amaru noticias de su esposa y de su hija.

Al recordar amaru a su esposa e hija y tomando conciencia de todo lo que había hecho salió a caminar, mientras avanzaba lentamente y meditaba por una quebrada el apu huallallo carhuincho se acercó y de un golpe mortal que terminó con la vida de amaru, este al momento de caer grito a su padre para que tome venganza de este ataque traicionero.
El apu pariacaca en su dolor ahogó a huaytapallana en la laguna carhuacocha y a los cinco hijos en las lagunas aledañas.

De esta manera ambos apus iniciaron una terrible batalla arrasando a su paso todas las aldeas, pueblos y cultivos que existían en la zona, dando forma, durante este batallar a la accidentada geografía de la zona.

Al enterarse de estos destrozos el gran wiracocha, juzgó tales acciones como maldades muy grandes y decidió apresarlos por un largo tiempo. Tomó a pariacaca y lo convirtió en nieve sobre las colinas más altas de sus montañas que hoy llevan su nombre, y a huallallo lo convirtió en nieves perpetuas asentandolo sobre las colinas y picos de la que fue la morada de huaytapallana.
Se dice que solo cuando esas nieves se derritan ambos apus podrán liberarse de esa prisión, y parece que ese tiempo está por llegar.



"cuento el zorro y el cóndor"
(cuando se van de fiesta al cielo)
Este cuento siempre me lo contaba mi papá, y aquí se los comparto.
Hermanito ..dijo el cóndor, ¡nos vamos de fiesta!
Nos vamos dijo el zorro.
El cóndor se puso su poncho negro, arregló su bufanda blanca y echándose al zorro sobre el lomo emprendió el vuelo.
Miraba el zorro las cumbres de los cerros que brillaban al sol. Como era tiempo de sequía, el ichu estaba doradito.
Arriba, lo cielos azulitos. A medida que subía, hacia más y más viento. El zorro se prendió bien, cerró los ojos y de cuando en cuando lloraba de frío. En el cielo se casaba un guacamayito y todas las aves le hacían fiesta. Los lequechos tocaban flauta, las gaviotas mandolina, los gallinazos barrían el piso…en fin, era un festejo.

Cuando llegó el zorro se quedó pasmado. Arriba todo era igual que en la tierra. Había árboles de todas clases: alisos, molles, quishuares. Lagunas, colinas, ríos. Nada faltaba.

A las bodas habían llegado todas las aves de la tierra.
Allí estaba el lorito de la montaña con su caperuza verde, el pichibilín colorada, las parihuanas de la cordillera, el guarda-caballo. Todos. De ver tanto pajarito suelto, agüita se le hacía el hocico al zorro.

Como el zorro era el único animal de cuatro patas llamó mucho la atención. Una gavilana le trajo chicha y el muy tuno se hizo dueño de la fiesta. Bailó en una pata y toco tambor. Al terminar la boda todos volvieron a sus casas. En un perdido rincón roncaba borracho el zorro. Su fiel amigo se acercó a despertarlo. Compadre que ya es hora le decía, seguía roncando el zorro.

El cóndor entonces lo sacudió recio. El dormilón por fin despertó airado; dando grandes voces insulto al cóndor y volvió a rodar por el suelo, soplando como un bendito. El cóndor bajó solo.

Con enfrío del alba el zorro despertó. ¡ay, lloraba, me han abandonado ¡junto hojas de maguey hasta tener una buena cantidad de fibra, tejió una soga muy larga, la amarro a un quishuar y comenzó a descender.

La soga bailaba en el aire que daba miedo. A dos manos y dos patas el zorro bajaba. Parecía que no tenía cuando llegar.

Buenos días, atoj- saludó.
No vayas a picarme la soga, maligno –gruño muy serio el zorro
Bastó la indicación para que el gavilán sintiera tales deseos de picar la cuerda. Subió alto, allí donde el zorro no alcanzaba a ver y pico a gusto.

El zorro bajo a dos manos y dos patas.¡ay qué rápido bajo¡ -cantaba-. ¡ay, qué rápido ¡cuando. De pronto, divisó la tierra que aprisa se le acercaba. Recién se dio cuenta de su desgracia.

-¡chusicta mantay¡

-¡chusicta mantay¡

Gritaba con todas sus fuerzas. Quería decir, ¡buena gente, tiendan mantas¡¡tiendan toldos y paja que caigo ¡

Al oír tales gritos los campesinos salían de sus casas y ponían en medio de la plaza montones de mantas y ponchos para recibir al que bajaba del cielo.

Cuando cayó, los cholos al ver que era un zorro, el mismo que robaba sus cuyes y maltrataba sus sementeras, lo molieron a palos entre todos, y fin.


 


   

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